El lunes 20 de marzo de 2023 a las 21:24 UTC (18:24 hora de Chile) tuvo lugar el Equinoccio de Otoño en el Hemisferio Sur. Es en este hemisferio donde se produce un cambio estacional que indica el paso del verano al otoño.
El equinoccio es el momento del año en el que el día tiene la misma duración que la noche en todo el planeta (salvo en los polos). Este instante ocurre dos veces al año: en septiembre y en marzo. De este modo el eje de la Tierra es perpendicular a los rayos del sol.
Cuando el sol en su movimiento aparente sobre la superficie terrestre alcanza la línea del Ecuador, los rayos solares caen en forma perpendicular sobre la Tierra, lo que origina que la luz del día tenga la misma duración que la noche.
Es por ello que se habla del equilibrio de la luz y la oscuridad, en la eterna danza de estas dos fuerzas que, más que opuestos, son complementarios.



Los equinoccios se producen en las mismas fechas tanto para el Hemisferio Norte como para el Hemisferio Sur, de modo que cuando para el Hemisferio Sur se produce el Equinoccio de Otoño para el Hemisferio Norte corresponde  el Equinoccio de Primavera y viceversa, dependiendo si la dirección del movimiento aparente del sol es de Sur a Norte o de Norte a Sur.
A partir del Equinoccio de Otoño los días empiezan a tener cada vez menos minutos de luz solar hasta llegar a su máximo el día del solsticio de invierno en que tiene lugar la noche más larga del año y el día mas corto.
El equinoccio otoñal también indica que los días irán tornándose más fríos, las hojas de los arboles comenzaran a caer y las lluvias se harán más fuertes y frecuentes. Por otro lado algunos animales recolectaran alimentos para pasar el invierno y algunas aves darán inicio a su viaje migratorio  hacia tierras más cálidas.

Esta fecha antiguamente se celebraba dando gracias a la Tierra por la plenitud del verano, compartiendo los frutos de la cosecha, a la vez que se inicia la preparación para el invierno, donde se habrá de conservar la energía a través del recogimiento.
Esto ha sido así durante miles de años y se pueden rastrear festividades similares en culturas tan diversas como la Maya, la China o la Celta.
Del mismo modo el Otoño es también considerado como el comienzo de una temporada asociada al recogimiento y la transformación, a la reflexión y a la planificación.
El sentido esencial de los equinoccios y los solsticios es entender que vivimos penetrados por los ritmos del cosmos, y que cada momento es especial y tiene una particular energía. Aprender a vivir en armonía con los patrones energéticos de la naturaleza, reflejando límpidamente los proceso celestes, como lo hace la Tierra, es la clave de una salud integral.